A ver, yo no soy creyente, pero nunca me meteré con Dios, sea el que sea, ya sea por respeto o por si las moscas, por si el día del juicio final resulta que el señor de la puerta me dice que por renegar no entro en ese mundo celestial. Ante esa duda, no me la juego. Pues eso, llevar mascarilla no te va a matar, pero seguro que te hace más atractivo e inteligente (como mínimo a mis ojos). Llevarla significa que estás protegiendo a los demás, que te importa algo más que tu ombligo.
Durante el encierro alguien dijo que esto nos haría mejores, y yo no podía evitar pensar en la Guerra Civil española, porque en los peores momentos la resiliencia escasea (aunque por fortuna, algo queda).
Yo la llevo siempre pero no estoy muy convencida. Un beso
ResponEliminaYo era de las que pensaba que la pandemia nos iba a hacer mejores, pero me he llevado un chasco.
ResponEliminaUn abrazo.
He llegado aquí por curiosidad al leer tu comentario en un blog que frecuento... y hacía rato que no le agradecía tanto a ese bichito! ...qué buen blog!!!
ResponEliminaPor el tema de esta entrada (me he leído todas las de agosto... por ahora...), estoy totalmente de acuerdo contigo. Es una cuestión de respeto hacia el otro. No sabemos cuánto este tema afecte realmente, es verdad, pero ante la duda, como dices, es mejor cuidarse... y, también es cierto que cada uno elige si hacerlo -cuidarse- o menos, pero la elección personal e individual no puede estar por sobre la elección del otro, menos imponersela. Pero, si es por cuestiones de respeto y saber estar en el mundo como individuos sociales, por lo visto no sirven ni las guerras, ni los holocaustos, ni las enfermedades, pestes y pandemias... una pena.
Por aquí me quedo, un beso.
Es cuestión, como bien dices, de civismo. Pero..estamos en la era fake news donde cualquier subnormal (Bosé, por ejemplo) lanza una chorrada y le siguen como borregos porque han leído en internet que un científico a dicho(vaya vd. a saber si es científico) Hay algún blog por aquí que defiende la teoría conspiranoica...¡¡¡y le ríen las gracias! No tenemos remedio como sociedad.
ResponEliminaBss
Solo hay que mirar para atrás y leer algo de historia. Tú, nosotros, y unos cuantos a este lado. Los hijos de puta e incívicos al otro. No ganamos la batalla.
ResponEliminaHola.
ResponEliminaEstas situaciones no nos hacen mejores, por desgracia y como bien dices solo hay que pensar en la Guerra Civil, los chivatazos, las envidias...
Yo odio la mascarilla, me da muchísima claustrofobia, pero la uso siempre, no ya por mí, que en teoría, tras haber pasado el virus, algo de inmunidad tengo, hay que pensar en los demás.
Yo tampoco soy creyente y ni se me ocurre meterme con Dios, y si me invitan a una misa(comunión, boda o funeral) soy respetuosa.
Los de la manifestación del otro día, uffffff.
Yo la seguiré llevando. Y mi familia también.
Feliz día.
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ResponElimina:(( Creí haber dejado un comentario aquí, que decía que la pandemia haría mejores a los que ya eran buenos, y más imbéciles a los que ya lo eran. Y que lo que falta es empatía social.
ResponElimina(A ver si lo he comentado en otro post y estoy perdida)
:))
A mí tampoco me gusta esa gente, ¡y al final hicieron la manifestación! Hay que tener huevos. Incluso entre amigos pasa que hay alguno que otro que no acepta que no quieras saltarte las distancias y la mascarilla... y te hacen sentir "el bicho raro".
ResponEliminaÁnimo para todo lo que queda :)
al principio del estado de alarma, era casi imposible encontrar mascarillas porque estaban agotadas. pero ahora las venden en paquetes en los supermercados, y en las farmacia te las dan con tu acreditación a la seguridad social. ya no hay excusas. si no te la pones por ti, hazlo por los demás...
ResponEliminaLas desgracias acentúan todo, hace mejor al que ya lo era y acentúa lo malo al que ya lo tenía.
ResponEliminaTe espero en mi blog.
Besos.
quizás los que no la llevan son creyentes y quieren ver a Dios más rápido je... a mi me parece que son snobs, que quieren ser diferentes, no importa si es para mal... saludos
ResponEliminaEn situaciones como estas los buenos siguen siendo buenos y los malos, pues eso, malos.
ResponEliminaNo cambiamos, simplemente nos adaptamos a lo que nos llega.
Besos.
Yo hoy pensaba que generaciones pasadas han vivido una guerra horrible, y hambre y dictadura... y que la nuestra está clamando al cielo porque nos piden que nos pongamos mascarilla, que nos quedemos más en casa (el que la tenga, claro) y que no nos relacionemos tanto en grupo, y que nos hagamos pruebas y cuarentena si nos toca. Pero el caso es seguir con el ritmo de siempre a toda costa.
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