Acabo de hacer toda la instalación eléctrica nueva de mi piso y justo dos semanas después el fluorescente de la cocina decide fallar, creo que es el cebador, aunque también podría ser alguien pidiendo auxilio, porque al ritmo que parpadea la luz empiezo a sospechar que es un código morse. Espero que mis vecinos no tengan la misma imaginación que yo (tiene pinta de que no, visto lo visto), o en cualquier momento se me presentan los GEOS (ay, mi sueño hecho realidad) echando la puerta abajo y buscando al rehén que tengo secuestrado en la cocina.
Últimamente me he dado cuenta de que tengo que evitar dejar volar tanto la imaginación, porque en mi nuevo trabajo nos han dicho que las horas libres no podemos salir del recinto (cosas de profes, del COVID y de gente con ideas pedagógicas muy locas), así que por la noche soñé que para escaparme del centro alargaba los brazos desde la verja para tocar a cualquier transeúnte y robarle su cuerpo, y así poder escapar sin que se dieran cuenta, al más puro estilo de la película La invasión de los ultracuerpos (pero sin la crítica política, o sí, no sé).
Y si tiene critica política ja, protestas contra lo establecido!
ResponEliminaDa para un lindo relato eh, saludos
Esto de las recomendaciones es un choteo. Aquí es un poco al contrario:nos recomiendan tener las horas lectivas juntas para poder teletrabajar las horas de despacho y papeleo y así estar lo menos posible en el centro.
ResponEliminaLo del cebador me ha pasado más de una vez y mi imaginación ha tirado por Chimo Bayo y la marcha bakala, jajaja!
Tendrías que escribir novelas. Un beso
ResponEliminaEl puñetero bicho y los "listos" intentando demostrar que se ganan el sueldo y no aciertan mucho. Abrazos y si debe ser el cebador
ResponEliminatodas esas normas no nos dejan olvidarnos ni por un instante del coronavirus, no hay un minuto de respiro...
ResponEliminahacer señales en código morse es una buena manera de pedir auxilio si estás secuestrado, no se me había ocurrido. ;)
Bueno, ya decía el sabio Gustavo que un mundo sin normas es un mundo caótico. Está claro que los que manejan el cotarro prefieren la injusticia al desorden. El caso es que siempre parecen que las putas normas, cuando en principio, son para todos, siempre las acatamos los mismos capullos de siempre. Por el contrario, espero que dejes volar la imaginación muy alto. Incluso hasta el delirio.
ResponEliminaCelebro tu imaginacion! A la creatividad y a la locura no hay que renunciar! Pues esa linda y sana locura , la que nos hace reir por imaginar fantasmas en la luz, nos salva de todas esas cosas horrorosas que hay en el mundo. Lo de las horas libres, es terrible, quien no soñaria con escaparse! jaja( yo soy ex docente, ya jubilada, ) Beso grande y gracias por arrancar a tus lectores siempre una sonrisa! Placer de leerte
ResponEliminaNo, por favor, no impidas que vuele tu imaginación.
ResponEliminaBesos