Bailando con trenes

Parece mentira, pero en los únicos tiempos en los que RENFE funciona bien es cuando están en huelga y deben cumplir unos servicios mínimos, lo tengo comprobadísimo. Y si encima tienes la mala suerte de tener que coger un tren en la estación de la población en la que trabajo, entonces la elección de la vía es entre aleatoria y echarlo a suertes. Hay cinco vías de paso distintas, que siguen un orden esquizofrénico: vía 4, 2, 3, 1 y 5. Todo muy normal, ¿verdad?

Todo coge un cariz mucho más surrealista cuando por todos los medios, es decir, megafonía y múltiples pantallas, anuncian que el tren tiene su salida en vía 3. El tren está en esa vía y todo indica que saldremos desde ahí, pero la experiencia ya nos dice que no suele ser así, con lo que todos estamos alerta a nuevas órdenes. De repente, por megafonía dicen claramente que habrá salida inminente de un tren en la vía 4, y todos, como si de una procesión de Semana Santa se tratara, vamos arrastrando cada uno nuestro cristo redentor y la mala leche, bajando y subiendo escaleras. Para no dejar de sorprendernos, hay cambios, todos a la vía 5, de lo que desconfiamos inmediatamente, porque de ahí no suelen salir trenes en dirección a ninguna parte. No contento, el disc jockey de la estación (que ya podría coreografiarnos un poco mejor), da contraorden, vamos a la 1, no está lejos. Para terminar en la 2, que es la primera que hay entrando por la estación y de la que finalmente solemos salir, salvo contadas excepciones que nos dejan estupefactos e incluso a algunos abajo, por desconfiados.

De paso os pongo a Avicii, que fue uno de los grandes DJ.

Esto pasó, sin ir más lejos, el viernes pasado, y es un habitual. Tengo la teoría de que el encargado de los medios de comunicación de la estación se aburre, y se divierte viendo cómo vamos de un lado a otro, desconcertados.