Sé que muchos estabais esperando este momento: he ido a hacerme una radiografía. Para los que no me leéis de hace mucho, o sin constancia, hago referencia a una entrada de allá por el mes de enero, en la que tuve un breve flirteo (a consultar, aquí). Pues bien, resulta que no me encontré con el susodicho, pero le dejé un regalito, los calcetines que le había prometido, sin ninguna nota, ni teléfono, ni nada que pudiera asociárseme (ahí, poniéndolo fácil).
Esa misma tarde empecé con lo que modernamente equivaldría a lo que antaño vino a llamarse intercambio epistolar, es decir, que hablamos por WhatsApp. De repente, empecé a recibir unos mensajes de un desconocido, y emocionada me hallé, puesto que pensé que por fin iba a recibir fotopollas de un desconocido, tal como les pasa a menudo a mis amigas e incluso amigos, así que me sentía desolada en ese aspecto. La sorpresa grande fue cuando leí que ese desconocido me explicaba que había estado viendo las fotografías de mis lumbares, y a mí me pareció precioso ese punto de intimidad para nada grosero, tan lejano a la fotopolla.
¿Y? ¿como sigue la historia con el amo del RX? cuéntalo anda!
ResponEliminaMadre mía xD Monta el culebrón y pide los derechos, que te forras jajaja
ResponEliminaAy qué ganas tenía de esta continuación.
ResponElimina¿Tú qué amigos tienes? Los míos no reciben esas fotos, al menos de desconocidos.
Feliz día.
Jajaja desde luego que es íntimo, lo de verte las lumbares.
ResponEliminaBesitos.
Esperemos que la conversación pase a otra cosa más allá de tus lumbares...
ResponEliminaBesos mil de las dos
J&Y
En mi vida hay una ausencia desoladora de fotopollas, pero casi que mejor así :)
ResponEliminaTengo que ponerme al día con esta historia ;)
Yo prefiero las lumbares. Un beso
ResponEliminaIntimidad biológica.
ResponEliminaDesde luego esas si que son unas fotos bien íntimas.
ResponEliminaUn abrazo
Es algo diferente, original.
ResponEliminaBesos.
Mientras el análisis de sangre no te lo comente un médico nacido en Transilvania...
ResponEliminaBss
pensábamos que las consultas médicas a distancia iban a ser más frías e impersonales, pero no tiene por qué ser así, visto lo visto.
ResponEliminalos calcetines son un buen regalo, pero lo mejor son los bellos pies que van dentro. ;)
Me meo. Amor cortés en tiempos de Covid.
ResponEliminaBesos!
Jajajajaja. De la fotografía de tus lumbares a compartir almohada va un paso.
ResponEliminaDeseando la continuación, eso sí, si lo siguiente es el intercambio de la fotografía de la hernia inguinal, por favor, etiquétalo con 2 rombos (qué guay eran los rombos)
Besos
Es más romántica la radiografía de tus lumbares, dónde va a parar.
ResponEliminaUn abrazo.
A ver si con el radiólogo vas a tener física o químina, jejjejeje. Muchas gracias por tu vista. Un abrazo.
ResponEliminaUnos buenos lumbares son el mejor hechizo para el amor, je...
ResponEliminaUna historia original ❤
ResponEliminaOhhhhhhh qué bonitas son las fotos lumbares pero digo yo que por güasapix de esos y con presbicia se verán regular, no???
ResponEliminaA cuidarseee muchooooooo, besines utópicos.-
Nunca había oído lo de la fotopolla, ja, ja, ja, qué horror!!! Donde esté una buena fotolumbar...!
ResponEliminaBesitos
en silencio te leo no entiendo mucho
ResponEliminapero me has hecho sonreir
Así te conoce por dentro.
ResponElimina