A veces me fijo en la gente y, de hecho, hace poco que vi a un par de tipejos de los que estoy segura, y pondría la mano en el fuego, que habían perpretado un asesinato. Pensaréis que me he dejado llevar, finalmente, por mi imaginación, pero todos los datos apuntaban a ello: las manchas de sangre en su ropa, un maletero que no cerraba bien, las palas... a ver, que igual también podría ser que habieran atropellado un pobre animal, que para el caso, viene a ser lo mismo. Tenían escrita en la mirada la culpabilidad.
Por si acaso, no me acerqué mucho a ellos, porque pronto aprendí que la curiosidad mató al gato. También os digo una cosa, estuve tentada de anotar la matrícula, nunca se sabe cuándo vas a necesitar una ayudita, ya sea con un cuerpo, ya sea porque se te ha ocurrido pensar que más vale cobrar el seguro de vida que aguantar ciertas cosas... suerte que el roncador me conoce y sabe que si todavía no lo he matado, habiendo tenido la oportunidad idónea, ya no tiene nada que temer .
Me parece que ves muchas series. Un beso
ResponElimina¡Éste sería un buen comienzo para una novela !
ResponEliminaBss
Estás leyendo mucho a Stefen King
ResponEliminaTe confieso que soy de aprenderme matrículas de memoria en situaciones de sospecha jajaja
ResponEliminaEl asesinato es un bello arte al alcance de muy pocos. Una cosa está clara: no son profesionales.
ResponEliminaHiciste bien en anotar la matrícula, nunca se sabe qué recursos se van a necesitar.
ResponEliminaFascinante :D
ResponEliminaTenés potencial para escribir literatura policial.
ResponEliminaBesos.