Cuando volví de vivir un año en Italia mi madre descubrió, por casualidad, ni se lo escondía ni dejaba de hacerlo, que tenía un tatuaje en el tobillo. A día de hoy mis amigos siguen preguntándome si me he hecho un tatuaje, porque es tan discreto que nadie repara mucho en él. La reacción de mi madre fue tan desmesurada que parecía que me estuviera metiendo heroína en vena delante de ella. Debo contaros que mis padres ni siquiera me hicieron agujeros en las orejas porque tienen la creencia de que eso es como marcar como ganado a los hijos (ya los conocéis, no os sorprenderá), con lo que un tatuaje me convertía por lo menos en adoradora de Satán... aunque eso les hubiera molado, que son unos cachondos.
Lo más curioso es que el hecho de que me dejaran decidir a mí lo de los pendientes siempre me ha halagado, aunque choca con el hecho de que me bautizaran porque tenían ganas de hacer una fiesta por todo lo grande, y que todavía se recuerda en la comarca. Mi padre, mucho menos emotivo, pero el autor de varias frases míticas, después de ser conocedor de mi alarmante acción contra mi cuerpo, me contó que en los campos de exterminio nazi marcaban a las personas con unos números en el brazo, así era más fácil su identificación. Y os sorprende que no vaya a terapia, es que no tendría suficiente dinero para subsanar todos esos traumas.
Jajajaja Tú tienes para escribir un libro!!
ResponEliminaFeliz viernes, guapa.
Tus padres son muy especiales. Un beso
ResponEliminaL'autor ha eliminat aquest comentari.
ResponEliminaBueno, al menos no te dio por colocarte un cencerro en la nariz a modo de piercing. O peor aún. ¿Y si te hubiera dado por alargarte el cuello como las mujeres jirafa de Tailandia?
EliminaJajajaaja, tus padres molan, aunque la que mola eres tú por cómo lo cuentas.
ResponEliminaEl simil de tu padre con los judíos me ha dejado catatónica jajaja
Los padres siempre tan exagerados...
ResponEliminaSalu2, Ses.
si fueras a terapia, serías la psicóloga que necesita una psicóloga. ;)
ResponEliminanunca me ha dado por hacerme un tatu, mejor porque mis padres tampoco se lo habrían tomado nada bien.
enlazar tatuajes y campos de concentración en un sólo salto tiene su mérito, todo hay que decirlo :)
ResponEliminaParecen intensos por lo que decís pero no mucho más que todos los demás padres jaja. Besos
ResponEliminaTu comentario es una estrella fugaz: refulgente en la noche, permanente en mi recuerdo.
ResponEliminaYa que utilizas una frase mía, por lo menos, cita la fuente, que soy yo: Diego Morales.
EliminaDiego, no te entiendo. Supongo que es por el comentario anterior.
EliminaPerdona, Ses.
EliminaLe respondía, a través de tu chat, a la señora Mucha. Esa frase es de mi blog y me ha molestado no que la utilice, sino que no cite al autor, que soy yo.
Salu2.