Ayer se puso a llover, por fin, y de repente me sorprendí a mí misma gritando hacia el cielo: tómame, soy toda tuya. Si es que soy una facilona, porque al fin y al cabo fue coitus interruptus, porque diluvió de lo lindo, parecía que el cielo iba a caer encima nuestro, y luego volvió el sol, más radiante, más caluroso, más de todo.
Mucho ruido, mucho trueno, y pocas nueces. Eso sí, estuve con cortes de luz todo el día, yo que justamente tenía planeado hacer un montón de cosas y no pude por la luz (dijo ella, no con poca sorna). Si es que no falla, si llueve se va la luz, y si no llueve también, contenta me tienen.
Llegando a Bélgica nos cayó por la autovía una manta de agua que ni te cuento, también ayer.
ResponEliminaBesos.
Tormenta de verano, chata, no te emociones. Allí se deshizo una nube y casi nos emocionamos y todo, hasta que tocó limpiar de arena los vehículos, que es lo que cayó. Esto fue hace 2 días.
ResponEliminaBesos!
las tormentas de verano tienen su encanto, excepto cuando se va la luz.
ResponEliminalos rayos siempre me hacen pensar en la portada del disco 'love over gold' de dire straits.
Pues por aquí ni una gota, cayó, así que se ve que lo quedasteis todo vosotros... Tampoco me quejo. A mí la lluvia me molesta mucho y este año ya ha llovido mucho. Jajajaja. Besotes!!!
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